Una décima al genial César Vallejo:
A César Vallejo
Me duele tanto leerte
querido Cesar Vallejo;
quema el alma y no me quejo
porque en mí, llevo esa suerte.
En Francia llegó tu muerte
de desdichada manera.
En París, esa quimera
que acogía tu palabra
hoy en penumbras se labra
con tu lanza justiciera.
¿Quién hizo doler tu sombra
que lloraba embravecida
y te arrancó de la vida
ese amor que nadie nombra?
¿Quién con tu paz no se asombra
si arrastraste mil infiernos
y descuidó los inviernos
que golpeaban en tu luz?
¿Quién apretó en ti la cruz
de aquellos dados eternos?
¡Vallejo…! Mi juventud
de fiel poeta te entrego.
Hago lunas del sosiego,
y espasmos con la virtud.
Llora en mí, la plenitud
de aquel hombre enardecido.
¡Levántate…! Te lo pido
antes de morir temprano.
…Quiero abrazarte, mi hermano,
con el Dios que te ha dolido.
Nunca podría cantarte
si volvieses a la vida.
Está la tumba encendida
para anidar aquel arte.
¡Despierta…! Debes quedarte
abrazando al mar perplejo,
dándole un sabio consejo
con palabras en exilio,
debes sentir el idilio
cuando espera tu reflejo.
Carlos Távara
Chiclayo- Perú
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